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En Colombia, ahorrar sigue siendo una práctica poco común. El 65% de los colombianos no ahorra y un preocupante 70% gasta la totalidad de su ingreso mensual sin dejar margen para imprevistos, según el Reporte de Inclusión Financiera de Banca de las Oportunidades y cifras de Asobancaria. Pero lo más crítico: el 70% de los colombianos no cuentan con un fondo de emergencia lo que los hace vulnerables ante crisis económicas que llevan a mayor endeudamiento, según Forbes.
Estas cifras nos revelan una verdad incómoda: en un país donde la mayoría vive al día, el ahorro no puede seguir siendo un lujo ni una meta lejana. Es una necesidad urgente para asegurar estabilidad, responder ante imprevistos y construir un verdadero patrimonio.
¿La causa? Expertos señalan factores como los bajos ingresos, la falta de confianza en el sistema financiero y una escasa educación financiera como las principales barreras. Incluso hay una gran brecha por edades: las personas entre 26 y 35 años son las que más ahorran (53,9%), mientras que quienes superan los 56 años apenas lo hacen (30%).
En Muntt creemos que es momento de cambiar esa historia. Porque ahorrar no es privarte del presente, sino asegurarte de que también tendrás futuro. Y empezar, aunque sea con poco, ya es dar el paso más importante hacia tu libertad financiera.
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Ahorrar no es solo una recomendación financiera: es una necesidad emocional y estratégica. En Colombia, el 85% de las personas se estresa por su situación financiera cada semana, y más de la mitad de ellos dedica entre una y ocho horas semanales solo a preocuparse por el dinero, según datos de Mercer publicados en un artículo de La República. Este nivel de estrés financiero no solo afecta la salud mental, también limita la capacidad de tomar decisiones con claridad.
Ahorrar es más que guardar plata. Es reducir la ansiedad, recuperar el control y abrir espacio para decidir desde la calma.
En Muntt creemos que el ahorro no debe ser una carga ni un castigo, sino una forma de cuidarte a ti mismo y a quienes dependen de ti. Y como todo hábito poderoso, empieza con pasos pequeños pero firmes.
Aquí van pasos simples y realistas que puedes aplicar sin importar tu nivel de ingresos:
Tener un para qué claro aumenta 2x las probabilidades de mantener el hábito. ¿Quieres invertir? ¿Salir de deudas? ¿Asegurar tu pensión?
Acción: Escríbelo. Sí, en papel. Algo como: “Estoy ahorrando para tener libertad financiera a los 45”.
50% a gastos fijos (arriendo, servicios, comida)
30% a estilo de vida
20% a ahorro e inversión
Acción: Usa una app como Fintonic o Mobills para categorizar tus gastos mensuales y ver en qué estás realmente usando tu dinero.
Lo que se automatiza, no se olvida. Si esperas a “ver si sobra”, probablemente no vas a ahorrar.
Acción: Programa una transferencia automática el mismo día que recibes tu ingreso. Incluso si son $50.000 mensuales, es más que cero.
Ahorrar no es acumular plata donde la puedes gastar en un clic. Dale un lugar específico y con propósito.
Acción: Abre una cuenta de ahorro independiente o explora alternativas como fondos de inversión, CDT o incluso derechos económicos como los de Muntt, que combinan ahorro e inversión desde montos accesibles.
Los hábitos son más fáciles de mantener si se conectan con algo que ya haces.
Acción: Cada vez que te paguen, activa el “ritual de ahorro” (una bebida especial, revisar tu app financiera o anotar tu progreso en una libreta).
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Ahorrar no se trata de privarte, sino de prepararte. En un país donde la mayoría vive al límite, tener un fondo, un plan y un propósito financiero se convierte en un acto de inteligencia, autocuidado y proyección.
No necesitas grandes ingresos para empezar, pero sí necesitas una decisión clara: ponerle intención a tu dinero y dirección a tu futuro.
Porque cuando ahorras, dejas de reaccionar y empiezas a decidir.
Y cuando decides, construyes. No solo tranquilidad financiera, sino también oportunidades, metas alcanzables y, sobre todo, libertad.
En Muntt creemos en un ahorro que no se quede en el colchón ni se pierda en la cuenta corriente: creemos en un ahorro que evoluciona, se invierte y se transforma en patrimonio real.
Empieza por lo pequeño, pero empieza hoy. Tu yo del futuro te lo va a agradecer.